miércoles, 6 de septiembre de 2023

La crisis del fentanilo en EE. UU.




El fentanilo es un fármaco analgésico derivado del opio. En los últimos años, su uso ilegal y su alto poder adictivo está conduciendo en EE. UU. a unha catástrofe por las muertes por sobredosis: la traxedia de la droga zombie. Se la llama así así por el estado encorvado y sin rumbo en el que vagan por las calleslas personas enganchadasa esta droga. Por cierto, es una crisis, pero no una “epidemia”, como muchas veces se le llama, pues no se trata de una enfermedad transmisible causada por microorganismos. Puede haber epidemias de gripe, de tuberculosis o de coronavirus, pero no de diabetes, de tabaquismo ni de Alzheimer.

El fentanilo es un fármaco ya antiguo: fue preparado en 1959, hace ya más de 60 años, en Bélgica por la compañía Janssen (hoy integrada en el gigante empresarial farmacéutico y de productos de consumo que es Jhonson & Jhonson), y comercializado en EE. UU. como analgésico desde 1968. Tiene una estructura química sencilla, pero en ella está presente la parte activa de los opiáceos, como morfina o la heroína, en los que se encuadra. Por ello se usa en Medicina como analgésico, anestésico y relajante.

Su producción es barata, pues es fácil de sintetizar; además no es necesario partir del opio, obtenido en cultivos de adormidera en Afganistán u otros lejanos países. El fentanilo ilegal llega a EE. UU. desde México, país que se enfrenta por ello a contenciosos con su poderoso vecino estadounidense, si bien los precursores de la droga parece que llegan desde China, también inmersa en estas disputas geopolíticas. Su bajo precio (un comprimido puede costar apenas 2-3 dólares) permitió que se utilizara para cortar, esto es, adulterar otras drogas, como heroína o cocaína, con lo que los usuarios se quedan enganchados, sin saberlo, al fentanilo. También suele combinarse con sustancias como la xilacina, un relajante muscular de uso en animales. La droga se usa en forma oral, líquida o inyectable. 

Parche de un medicamento con fentanilo,
tal y como se usa legalmente
en España


En España su uso ilegal es, por fortuna, muy reducido. Se administra, legalmente, en dolores agudos en oncología, tras operaciones quirúrgicas, o en dolores crónicos como los de origen artrítico, pues tiene una potencia analgésica (que no debe confundirse con su potencial adictivo) unas 100 veces superior al da morfina.En las farmacias está presente en forma de parches que se adhieren en la piel y liberan el medicamento de forma gradual (una maravilla de la tecnología farmacéutica), pero también hay comprimidos bucales (tipo piruletas) y esprais nasales, si bien estas formas están más restringidas.

El orige de este drama en EE. UU. parece estar en la llamada crisis de los opiáceos, recetados desde mediados de los años 90 por médicos de forma descontrolada y bajo la presión —con publicidad e incentivos económicos— de compañías irresponsables como Purdue Pharma, de la familia estadounidense Sackler, una saga empresarial sin escrúpulos. Pero esa es otra historia, de la que nos ocuperamos más adelante.

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(Una versión más breve de este artículo fue publicado, en gallego, en el diario La Voz de Galicia el 28.08.23)




viernes, 5 de febrero de 2021

La malvada AstraZéneca y su historia en Galicia

 


La polémica entre la UE y la británica AstraZeneca por su vacuna contra la covid-19 está acrecentando la mala fama de las empresas farmacéuticas en continente europeo, y alcanzando –por méritos propios- los niveles de impopularidad que ya tienen en EE.UU., donde son las segundas empresas más odiadas después delas tabaqueras.

La actual AstraZeneca, quinta en el top mundial de ventas, es

el resultado de sucesivos procesos de fusión y reestructuración. Poca gente conoce en este asunto el papel de Alfred Nobel, inventor da dinamita, que en 1870 fundó la empresa Nobel Industries, para la fabricación de explosivos; la filial escocesa de la firma acometió en 1926 -dando respuesta a la formación del cartel alemán IG Farben- una fusión con otras empresas británicas: British Dyestuffs Corporation, United Alkali Co. y Brunner, Mond & Co., con lo que nacería el conglomerado Imperial Chemical Industries (ICI) , que se extendería por los cinco continentes, incluida España.

En 1993, ICI se escinde en dos partes: Zeneca (un nombre inventado por una agencia de marcas, que cobró 50.000 libras) dedicada al sector farmacéutico y agroquímico, e ICI, centrada en la química industrial. Son años de fuerte expansión de la empresa, con fármacos superventas de investigación propia, que llevarían en 1999 a adquirir la empresa sueca Astra AB, convirtiéndose en AstraZeneca. Pero las vacas gordas no duran siempre, y en torno a 2010 las perspectivas eran malas por la falta de novedades terapéuticas de importancia; de hecho, recibirían una oferta de compra del gigante estadounidense Pfizer, rechazada con la ayuda –según se dice- del gobierno británico. En ese momento enfocó su investigación a los antitumorales, que le permitió encauzar sus resultados.

A principio de 2020, el prestigioso Instituto Jenner de la universidad de Oxford, en colaboración con Vaccitech, una spin-out, consigue preparar una vacuna contra el SARS-Cov-2. Usa para esto su tecnología de vector viral, con adenovirus de chimpancé (por cierto, similar a la rusa Sputnik V del Instituto Gamaleya moscovita). Pero, carentes de músculo financiero y capacidad para desarrollar la vacuna a nivel internacional, ofertan a AstraZeneca unirse para lograrlo. El premio gordo de la lotería para AstraZeneca, que carecía de experiencia y actividad en esta área.

AstraZeneca en Galicia

En 1940 se pone en marcha en O Porriño (Pontevedra) una fábrica de grupo Zeltia, constituida el año anterior por los hermanos Fernández López, para la fabricación de productos farmacéuticos, veterinarios y agroquímicos. En los años 50 Zeltia y la filial española de ICI comienzan a colaborar, y en 1964 crean al 50% dos empresas: Zeltia Agraria (después denominada ICI-Zeltia), dedicada a los agroquímicos, e ICI-Farma, dedicada al sector farmacéutico. En esta última se fabricarían especialidades farmacéuticas muy conocidas, como el popular Hibitane(R), un antiséptico buco-faríngeo envasado en un práctico tubo de aluminio que algunos aún recuerdan.


En España ICI-Farma tenía dos centros de fabricación: uno pequeño en Parets del Vallés (Barcelona), y el de O Porriño, mucho más grande, con unos 200 empleados. Eso si, con la sede social en Madrid, el consabido centralismo mercantil. En 1990, ICI-Farma compra a Zeltia su participación en las fábricas de Porriño, en las que la parte galega era ya solo meramente accionarial. Ese ingreso de fondos en Zeltia coincide con el pelotazo millonario de Mario Conde y Juan Abelló, que venden a la italiana Montedison la fábrica de Antibióticos SA de León, en la que Zeltia tenía una parte. Con esas 2 entradas económicas Zeltia funda PharmaMar, dedicada a la búsqueda de antitumorales de origen marino; pero esta es otra historia.


Ya en los primeros años del s. XXI, la nueva AstraZeneca, ante las malas perspectivas relatadas, trata de deshacerse de sus instalaciones fabriles en España, con lo que las fábricas porriñesas corren riesgo de cierre. Finalmente, son adquiridas por el grupo gallego Biofabri, nacido en 2008 y dedicado a vacunas veterinarias, pero con perspectivas a medio plazo de sacar una vacuna contra la tuberculosis humana
,una ausencia importante por la falta de eficacia de la actual vacuna BCG, que data de 1921.

Sobre el futuro de Biofabri, muy prometedor, hablaremos en otra ocasión. En todo caso, y volviendo a las vacunas anti-covid19, apuntemos que Biofabri en la actualidad está ya fabricando la vacuna del laboratorio estadounidense Novavax, y es socio industrial de las 2 vacunas españolas del CSIC.

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(Una versión en gallego de esta entrada fue publicada el 4.02.2021 en el digital Praza.gal. Disponible en: https://praza.gal/opinion/a-malvada-astrazeneca-a-sua-historia-en-galicia)

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Texto: por Xosé María Torres, farmacéutico, especialista en Farmacia Industrial y Galénica. Portavoz de patentes de Farmamundi



lunes, 2 de noviembre de 2020

COVID-19 y Farmamundi. Lecciones aprendidas de la acción humanitaria.




En la cooperación al desarrollo, y en especial en la acción humanitaria, todos los actores, y entre ellos las ONGD, practicamos desde hace tiempo la técnica de las lecciones aprendidas, un sintagma de origen anglosajón (Lessons Learned), que propone analizar lo sucedido algún tiempo después para sacar conclusiones: aprender de las decisiones acertadas y tratar de evitar las erróneas.
En los últimos 30 años se han producido en el mundo varias catástrofes humanitarias; entre ellas el huracán Mitch en Nicaragua (1998), el genocidio de Rwanda (1994), la guerra de Bosnia (1992-1995), el tsunami en Indonesia (2004) o el terremoto Haití (2010); de todas ellas las ONGD hemos aprendido algunas lecciones, que pueden trasladarse, mutatis mutandis, a la actual de la COVID-19:
  • Liderazgo.
    Tras el terremoto de enero de 2010, el caos asolaba a Haití, ya de por sí un Estado débil, y con pocas capacidades, lo que dificultaba la llegada de la ayuda, que además al estar el país en una isla solo podía llegar por barco o por vía aérea (o vía terrestre desde su vecina República Dominicana, algo que retrasaría la ayuda y exigiría doble esfuerzo logístico). EE. UU. tomó la decisión de hacerse cargo del aeropuerto de Puerto Príncipe, la capital de Haití. Técnicos estadounidenses se pusieron a gestionar el tráfico aéreo, con controladores, medios y tecnología norteamericana. Si bien fue una decisión no negociada con otros actores, hay que reconocer que ordenó la llegada de aviones y mejoró mucho la logística de la ayuda.


  • Rapidez.
    Ante una crisis la respuesta debe ser lo más diligente posible, inmediata si se puede. Ello exige comunicación y transporte aéreo, o el terrestre si hay vías de comunicación (carreteras o ferrocarril) abiertas). El transporte marítimo no vale. Fue el caso de parte de la ayuda de un país europeo al tsunami de Indonesia, en diciembre de 2004, enviada en un moderno buque militar, que llegó a mediados de febrero, más de 50 días después de tsunami, por lo que su tardía contribución (¿una operación de marketing de la industria militar?) fue muy poco relevante.
    Carpe diem!

  • Solidaridad.
    La ayuda humanitaria se practica desde hace siglos; tiene al menos 265 años de antigüedad. Cuando el terremoto -y tsunami y posterior incendio- de
    Lisboa de 1755, la desolación producida llevó al gobierno portugués a pedir ayuda a sus aliados; al menos Inglaterra se la ofreció; así lo atestigua Voltaire en su obra «
    Cándido o el optimismo». Y más debería darse hoy en este mundo interconectado y con instituciones supranacionales como la Unión Europea, que no parece estar -por la negativa de algunos países- a la altura de miras que requiere el desafío de esta pandemia.
  • Evitar riesgos.
    En cualquier desastre surgen iniciativas de personas e instituciones que se apuntan a un bombardeo, llevadas por un ánimo de buen samaritano. Deben prohibirse iniciativas imprudentes, como la caravana puesta en marcha en 2009 por la ONG Barcelona Acció Solidària, que condujo al secuestro en Mauritania de varios voluntarios que formaban parte de la expedición. Las iniciativas en lugares críticos deben reservarse a profesionales, evitando el buenismo.
    Y el que desee experiencias nuevas, que haga rafting en la bañera de su casa.


  • Experiencia.
    Son necesario protocolos para que actúen quienes saben y pueden; en un primer momento de la actual crisis COVID-19, el gobierno central asumió el liderazgo y el mando, centralizando en el ministerio de Sanidad la adquisición de materiales de protección, decisión luego corregida. Era dudosa la capacidad y experiencia de este ministerio en la adquisición de material sanitario; se trata de un departamento con escasas competencias, y que únicamente gestiona la atención sanitaria en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que suman unos 165.000 habitantes (menos que la localidad de Getafe).
    Saber, o escuchar a quien sabe (Baltasar Gracián)
  • Ayuda eficiente
    Muchas veces la candidez, el marketing, o la caradura, hace llegar a lugares azotados por un desastre ayuda inadecuada o poco eficiente: es el caso de Sudán, que en 1990 recibió estimulantes del apetito, un sarcasmo para una población sacudida por la hambruna. En 1995, un moderno municipio del extrarradio norte de Madrid decidió enviar una fotocopiadora a Cuba en concepto de ayuda; para su entrega se trasladaron en avión 5 concejales (de diverso cariz político), que disfrutaron de una sabrosa estancia en la isla caribeña. Finalmente, en la crisis provocada en el sudeste de EE.UU. por el huracán Katrina en 2005, una comunidad autónoma española envió varias toneladas de agua embotellada. En avión y a más de 8.000 km de distancia.
    Aún si fuesen Coca-Colas...
  • Depósitos estratégicos
    Todas las grandes agencias internacionales de ayuda humanitaria (PMA, OMS, UNICEF, USAID...), e incluso ONG de mediano tamaño como Farmamundi, disponen de centros logísticos con alimentos y material humanitario preparado para atender crisis sanitarias, como los kits de emergencia, con medicamentos y material sanitario para atender a una población de 10.000 personas durante 3 meses. ¿Cómo es que un país avanzado como España, entre los 15 países más importantes del mundo por PIB, no dispone de depósitos estratégicos de materiales básicos como alcohol, guantes, geles desinfectantes, mascarillas, y por supuesto, medicamentos básicos? 
  • Población preparada

    Hay dos países que destacan por la capacidad de su protección civil y por el conocimiento de la población de lo que tiene que hacer en una emergencia: Japón en casos de terremotos, o Cuba ante un huracán; en ambos casos, todos, incluso los niños pequeños, saben lo que tienen que hacer, como ponerse debajo de una mesa en los terremotos en Japón, o dirigirse a refugios y zonas no inundables en Cuba.
    Podríamos seguir con otros ejemplos, pero valgan estos para apuntar lo que se debería hacer para que en la próxima emergencia que se pueda dar en nuestro país, podamos afrontarla con mayores garantías. Ese es nuestro deseo, así como el de que la actual crisis por el coronavirus SARS-CoV-2 termine cuanto antes y con el menor impacto posible.


miércoles, 28 de octubre de 2020

La vacuna del Covid-19 para los países empobrecidos. ¿Una quimera?



La epidemia de covid-19 sigue avanzando; a finales de septiembre 2020 se superaba en todo el mundo la cifra (oficial) de 1 millón de muertos, y algo más de 33 millones de contagios. Pero serán muchos más; si hay dudas en España, con un sistema sanitario avanzado (un mito caído), ¿que no pasará en África, con países cuyo presupuesto sanitario es de 10 dólares por persona y año?

Las expectativas están depositadas hoy en las vacunas, con datos esperanzadores: según la OMS hay 180 candidatas, y de ellas 6 están finalizando la fase 3 de ensayos clínicos. Son las americanas de Pfizer y Moderna (esta última que será envasada también por el laboratorio español ROVI), la inglea de Oxford-AstraZéneca y las 3 chinas: SinoVac, CanSino y SinoPharm; y seguirán otras 13, ya con ensayos en humanos, como la americana de NovaVax, que producirá también la gallega Biofabri, en sus instalaciones de O Porriño (Pontevedra); todas requerirán la aprobación de las agencias de medicamentos, como la estadounidense FDA y la europea EMA, para poder comercializarse.

Coste de las vacunas

Pero... ¿quien pagará las vacunas en los países pobres? En junio pasado se lanzó en Londres, en la Cumbre Mundial sobre Vacunas para el Covid-19, la plataforma COVAX, en la que participan la OMS, GAVI (Alianza para la Vacunación), el Banco Mundial, la patronal farmacéutica mundial IFPMA, las fundaciones Gates y Wellcome, Cruz Roja y otras entidades. Un total de 80 países (pero sin EE.UU. ni China) apoyarán esta iniciativa, como España, que destinará 50 M de euros, una cifra muy modesta comparada con los 637 M que aportará el Reino Unido.

Las vacunas se distribuirán en 92 territorios de ingresos mediano-bajos, seguramente a través de UNICEF, el mayor administrador mundial de vacunas. Pero... ¿serán gratis en los países más pobres? No, el compromiso es que cuesten entre 1,6 y 3,1 dólares por dosis. Un dato importante es la participación del Serum Institute of India (SII), el mayor fabricante de vacunas y productos biológicos del mundo. La India, una vez más cumpliendo su labor de ser la farmacia del mundo. En este mismo septiembre conocimos que Biofabri, en Pontevedra, ha sido la primera empresa europea adjudicataria para producir 500 millones de dosis de alguna de las vacunas que gestione COVAX.

Problemas a la vista 

La meta de la plataforma COVAX es titánica: para fines de 2021, distribuir 2.000 millones de dosis. Con todo, esta iniciativa ha sido criticada por diversas ONG y otras entidades, que apuntan, más allá del problema del precio, tres problemas:

  • Acaparamiento por los países ricos, como la iniciativa Warp Speed (velocidad de la luz) de EE.UU. o la europea Inclusive Vaccines Alliance, que recuerda lo sucedido en la epidemia de gripe A, o gripe porcina H1N1 de 2009, cando los países ricos compraron casi todos los suministros.

  • Distribución en países tropicales con débiles redes de logística y de refrigeración de las vacunas (o de congelación, pues las vacunas de Moderna y Pfizer, por ejemplo, deben mantenerse a -70ºC), así como el reto de administrarla a personas que viven fundamentalmente en zonas rurales, con centros de salud lejanos, en especial si se requieren 2 dosis, como en algunas de las vacunas más avanzadas. Por no hablar de su administración en campos de refugiados y zonas en conflicto

  • Existencia de grupos negacionistas y conspiranoicos: desde grupos antivacunas y neorrurales hasta grupos religiosos ultras en ámbitos del islam, del cristianismo, del judaísmo y otras religiones, que se oponen a las vacunas con excusas inverosímiles (mezclando en sus delirios las vacunas con los chips informáticos y  la telefonía 5G) hasta grupos militares como Boko Haram en Nigeria o talibanes en Paquistán y otros países que asesinan a los trabajadores sanitarios.

Veremos si todo esto convierte la llegada de la vacuna a los países en desarrollo en una esperanza o en una quimera.

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Una versión en gallego de este artículo fue publicado en el diario La Voz de Galicia el pasado 19.10.2020





lunes, 6 de abril de 2020

Aniversario en medio de la tormenta. La farmacia Torres de Ortigueira cumple 125 años.

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Poco hay que celebrar estos días en que Ortigueira, Galicia, España, y en general el mundo entero, está afectado por una epidemia de coronavirus, la chamada COVID-19. Pero celebrar estambién recordar, y eso es lo que trataremos de hacer en esta entrada de urgencia.
El 1 de abril de 1895 abría sus puertas en Mera (Ortigueira) la farmacia del licenciado Pascual Torres Crego, que había terminado los estudios en la facultad de Farmacia en Santiago, en el viejo palacio de Fonseca, en 1893. Era la primera farmacia en la historia de la población.
Mera (Mera de Abaixo, o Santiago de Mera) era entonces una pequeña localidad que se había visto beneficiada por la construcción de la carretera de la Costa, entre Liñares (Neda) y Ortigueira en 1865, que incluía un puente de piedra sobre el río Mera, estableciéndose un cruce estratégico, pues desde allí partía la carretera a Cariño, terminada en 1883. De hecho, el lugar contaba con varios profesionales que reflejaban esta importancia: un médico, Aniceto Anllo, desde 1875, y un notario, Manuel Salgado García.
Evolución diacrónica de la farmacia Torres
Podemos dividir este recorrido vital en 4 periodos:
  • Pascual Torres Crego. 1895-1933.
  • Etapa de regencia. 1933-1949, con Dolores Pajón Sanjurjo,
    viuda de Pascual Torres, como titular. 
  • Alfredo Torres Pajón. 1949-2008.
  • Xosé María Torres Bouza: 2008-actualidad.























En ese momento había pocas farmacias en el concello: unicamente la de Pedro Castiñeiras Villarnovo, insigne artista, fundada en 1875, y la de Juan López García (A Guarda, 1864), curiosamente compañero de estudios de Pascual, que había instalado su farmacia en la propia villa de Ortigueira el 20 de febrero de ese mismo año, aunque estaría poco tempo, la cerraría en 1900. San Claudio, que tenía farmacia desde 1800 (tal vez por su antigua y concurrida feria del tercer domingo del mes), había quedado sin ella tras fallecer el 
En cuanto al resto de la comarca del Ortegal, ni Cerdido ni Mañón contaban con establecimiento farmacéutico ninguno; únicamente Cedeira contaba con el destacado boticario Gerardo Villabrille Abella(1844-1924), una polifacética persona: escritor, periodista, músico... que llegaría a ser alcalde de aquella población. Tampoco en As Pontes de García Rodríguez, perteneciente al distrito judicial de Santa Marta, había botica alguna.
Etapa de Pascual Torres Crego. 1895-1933
Pascual era hijo de Antonio Torres Rodríguez (Betanzos, 1830), comandante de Infantería de Marina, pero que ya había fallecido en 1889, y de Antonia Crego Pardo (1836-1902), natural de Cuiña (Ortigueira); esto último puede darnos una idea de por qué Pascual Torres decidió instalar su farmacia en Ortigueira.
Pascual tenía varios hermanos: Antonio (nac. ?? ), Manuel (nac. en 1858 y emigrado a Cuba), y Alfredo (1864-1884), todos fallecidos o ausentes en 1895.
Tiempo habrá para hablar de Pascual, que en 1897 trasladaría la farmacia a su ubicación actual, en la hoy llamada avenida Escola de Gaitas de Ortigueira, pero viene al caso indicar que sin duda su vida estuvo marcada por otro virus, el de la poliomielitis (no descubierto entonces, claro; no fue aislado hasta 1908 por Landsteiner y Popper). Era, por cierto, un virus ARN, como el actual coronavirus SARS-CoV2. La polio le había ocasionado a Pascual una parálisis infantil en la pierna derecha, que tenía menor longitud y musculatura que la izquierda. Era por tanto cojo, y caminaba con muletas axilares.
También podemos señalar, en este tiempo de pandemias, que Pascual vivió la llamada gripe española o gripe del 18, como el mismo señalaría años después en un escrito al concello, para protestar por una tropelía, una injusticia cometida con el:
«Que cuando la epidemia gripal –año 1918- invadió a los habitantes de este distrito, estuve expuesto al contagio porque mi activa actuación, durante cuarenta días que duró en su mayor intensidad la peste gripal, no me permitió descansar más de cuatro horas de las veinticuatro del día, para atender a los que reclamaban mi auxilio profesional, entre los que figuraban muchísimos pobres, que por no estar incluidos en las Listas de la Beneficencia Municipal, dispensé medicamentos que el médico prescribía para la curación, sin retribución alguna... ya que la misión que me está encomendada por mi profesión, así lo exigía”».

Unas palabras que nos hace estar orgullosos de la estirpe de los Torres. Sobre su carácter, algo más podemos vislumbrar en la descripción que hace su biznieto 
Carlos López-Keller Álvarez
«Tiempos de dictadura, más tarde República. Tiempos de discusiones, tertulias y cenáculos. Vemos a D. Pascual Torres, hombre inteligente, boticario, republicano, progresista y ateo...»
(Homenaje a Laureano Álvarez. Concello da Coruña. 1999)
Etapa de regencia 1933-1949
Durante esta etapa, la farmacia estuvo tutelada por los siguientes farmacéuticos:
  • Santos Galán Arrabal, de 1933 a 1934. Un señorito  ferrolano.
  • Antonio Cotovad García-Parallé. 1934 a 1938. Grandísima y altruista persona.
  • José Deus Fernández. Mayo-agosto de 1938, natural de Mugardos
  • Marcial Lens Pita, de 1938 a 1945. Ortigueirés de nacimiento, culta y ejemplar persona.
  • María Luisa Lema Pintos, de 1945 a 1949. Mujer pionera y altruista persona.
Sin embargo, la verdadera responsable de la Farmacia sería Rosario Torres Pajón, una de las hijas mayores (gemela de Guadalupe, y nacidas ambas en 1908), que tenía 25 anos cuando fallece su padre. No pudo estudiar farmacia, pese a que Juan Barreiro, gran amigo de Pascual Torres y titular de una importante farmacia en Ferrol, le había ofrecido sufragar los gastos de sus estudios. De la calidad humana de la tía Charo podemos vislumbrar algo en estas precisas palabras:
En la farmacia de Torres, Charo sube y baja infatigable los escalones de la rebotica con pomadas, vitaminas y jarabes que deposita en el mostrador, para abrazar al recién llegado, curado de tantas y tantas heridas –caídas de la bicicleta, pedradas, alguna de la propia retaguardia…- con tintura de yodo, pero sobre todo con la milagrosa ternura de su inolvidable sonrisa…”
(Ramón FarréLa Voz de Ortigueira, 18.02.2000)
Rosario Torres fallece en 1988.
Etapa de Alfredo Torres Pajón. 1949-2008

Alfredo estudia Farmacia por indicación familiar y desempeña la profesión farmacéutica durante 59 años, en diversas facetas: como boticario principalmente, pero también como analista clínico -conseguiría verse reconocido como farmacéutico Especialista en los años 80-, como Inspector Farmacéutico Municipal durante los años 70 y 80. Todo esto le llevaría a desempeñar puestos en la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña en los años 60, 70 y 80, que dejarían una impronta en esa institución.


Algún merito tendría cuando la Asociación de Antiguos Alumnos de la Facultad de Farmacia de Santiago lo distinguió con el nombramiento de Farmacéutico Ejemplar en 1987. Otras facetas menos conocidas serían la desempeñada en el ámbito judicial (siguiendo la estela de su padre, que ejerció en el mismo ámbito) como fiscal municipal en el Juzgado de Ortigueira. Desarrollaría también una importante labor en el ámbito social en Ortigueira como profesor de enseñanza media, durante más de 25 años. Sería primero en la Academia del reverendo D. Jesús Márquez Cortiñas, entre 1949 y 1965, y después en otra Academia -entre 1966 y 1975- impulsada por varios padres de familia, y en la que tuvo una importante participación.
En otro lugar se ha hablado ya de su faceta como divulgador botánico e investigador aficionado sobre la historia de Ortigueira. De todo ello anotaremos simplemente su obra "Las ortigas. Una revisión interesada", publicada por edicións O Paporroibo en 1994.
Para no extender esta reseña, apuntamos solo las palabras, amables y cariñosas, de la escritora Obdulia Dopico en un obituario:
«Era un boticario excepcional que trabajaba como una hormiga en su rebotica, escribiendo, indagando, leyendo, buscando... un enamorado de Ortigueira y de la Cultura en el más amplio sentido de la palabra...
Tenía siempre la justa palabra de aliento, una sonrisa en los labios, pero una firmeza y una seriedad muy particular cuando se trataba de trabajo, que le gustaba bien hecho. Colaborador entusiasta de cuanto evento cultural se preciara, nunca dijo no a su participación, y de esa casta humana vamos aprendiendo...»
(La Voz de Ortigueira, 3 octubre 2008)


Etapa de Xosé Mª Torres Bouza. 2008-actualidad
No tiene, para la perspectiva histórica de este 125 aniversario, mayor interés esta etapa, en la que Xosé María se hace cargo de la farmacia familiar a la muerte de su padre, Alfredo. Ya había fallecido en 2004 el otro hermano farmacéutico, Carlos Torres, por lo que había pocas dudas de quien cogería el timón.
Referente a la ubicación de la farmacia en si, destacar que el edificio centenario donde se situaba fue reconstruido en 2015, pasando a ampliar su superficie y a modernizar sus instalaciones.
En cuanto a Xosé María, por señalar alguna característica de su vida: experiencia laboral en la industria farmacéutica y en la educación pública como profesor de Ciclos Formativos de FP. Ya en otros ámbitos, apuntar su interés por el mundo solidario, participando en las Juntas directivas de la ONG Farmamundi y de la Coordinadora Galega de ONGD (de la que fue presidente entre 2005 y 2011), y su faceta como amante de la Cultura. Así, tuvo un papel en el nacimiento de la Revista Terras do Ortegal en 2014, hoy un anuario consolidado en el que se difunde la cultura y el patrimonio de la comarca.

Las empleadas de la Farmacia
Nada se puede hacer solo, y en una farmacia menos. Más allá de los titulares siempre hay otras personas que componen el equipo de la farmacia. Desde el ya lejano practicante de farmacia Manuel Pérez Hermida, nacido en Ferrol, y que acompañaría en 1895 a su principal (así lo describe el en una dedicatoria) Pascual Torres en Mera, muchas personas colaboraron en la farmacia: desde los hermanos Torres Pajón: Pascual, Antonio, Manolo y Santiago; la esposa de Alfredo, Ana María, e los hijos de ambos: Alfredo, Ana María y Carlos.
Todos ellos, seguidos de las farmacéuticas y auxiliares que trabajaron en cortos periodos, hasta llegar a las 2 personas que conforman hoy el espléndido equipo de la Farmacia Torres: las auxiliares Carmela Díaz Mera y María Bouza Campanario. Carmela comenzó a trabajar e 1 de abril de 1993, por lo que esta fecha es también otro motivo de celebración: 27 anos de trabajo. María comenzaría a trabajar algo más tarde, en enero de 2000, por lo que ya supera los 20 anos de servicio.
A todas, a todos los que colaboraron en la ya larga historia de esta farmacia de Ortigueira, gracias y enhorabuena!

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miércoles, 1 de abril de 2020

Aniversario no medio da tormenta. A farmacia Torres de Ortigueira cumpre 125 anos.

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Pouco hai que celebrar estes días en que Ortigueira, Galicia, España, e en xeral o mundo enteiro, está afectado por unha epidemia de coronavirus, a chamada COVID-19. Pero celebrar é tamén lembrar, e isto é o que trataremos de facer nesta entrada de urxencia.
O 1 de abril de 1895 abría as súas portas en Mera (Ortigueira) a farmacia do licenciado Pascual Torres Crego, que terminara os estudos na facultade de Farmacia en Santiago, na vella Fonseca, en 1893.
Mera (Mera de Abaixo, ou Santiago de Mera) era daquela unha pequena poboación que se vira beneficiada pola construción da estrada da Costa, entre Liñares (Neda) e Ortigueira en 1865, que incluía unha ponte de pedra sobre o río Mera, establecendo alí un cruce estratéxico, pois dalí partía a estrada a Cariño, terminada en 1883. De feito a localidade contaba varios profesionais que reflexaban esta importancia: un médico e un notario.

Pascual Torres Crego

Evolución diacrónica da farmacia Torres. Podemos dividir este recorrido vital en 4 periodos:
  • Pascual Torres Crego. 1895-1933
  • Etapa de rexencia. 1933-1949, coDolores Pajón Sanjurjo, viúva de Pascual Torres, como titular. 
  • Alfredo Torres Pajón. 1949-2008
  • Xosé María Torres Bouza: 2008-actualidade

Etapa de Pascual Torres Crego. 1895-1933
Pascual era fillo de Antonio Torres Rodríguez (Betanzos, 1830), comandante de Infantería de Mariña, pero que xa falecera en 1889, e de Antonia Crego Pardo (1836-1902), natural de Cuiña (Ortigueira); isto último pode darnos unha idea de porque Pascual Torres decideu instalar a súa farmacia en Ortigueira.
Pascual tiña varios irmáns: Antonio (nac. ?? ), Manuel (nac. en 1858 e emigrado a Cuba), e Alfredo (1864-1884), todos falecidos ou ausentes en 1895.

Nese momento había poucas farmacias no concello: unicamente a de Pedro Castiñeiras Villarnovo, insigne artista, fundada en 1875, e a de Juan López García (A Guarda, 1864), curiosamente compañeiro de estudos de Pascual, e que abrira unha farmacia na propia vila de Ortigueira o 20 de febreiro dese mesmo ano, aínda que estaría pouco tempo, pois a cerraría en 1900. San Claudio, que tiña farmacia desde 1800, quedara sen ela tras falecer o farmacéutico Inocencio Díaz e Gutiérrez en 1866; en canto ao porto de Cariño non contaba con ningunha (e non a habería ata 1931)
Sinatura de Antonio,
irmán de Pascual Torres Crego

Tempo haberá para falar de Pascual, que en 1897 trasladaría a farmacia á ubicación actual, na avenida Escola de Gaitas de Ortigueira, pero ven ao fío indicar que sen dúbida a súa vida estivo marcada por outro virus, o da poliomielite (non descuberto daquela, claro; non foi identificado e aislado ata 1908 por Karl Landsteiner e Erwin Popper). Era, por certo, un virus ARN, como o actual coronavirus SARS-CoV2. A polio ocasionaríalle a Pascual unha parálise infantil na perna dereita, que tiña menor lonxitude e musculatura que a esquerda. Era por tanto coxo e andaba con muletas axilares.
Tertulia familiar na farmacia:
Ana Mª Bouza (esposa de Alfredo),
Carmiña Casariego (sobriña e farmacéutica),
e Lolita e Charo Torres (ano 1953)

Tamén podemos sinalar, neste tempo de pandemias, que Pascual viviu a chamada gripe española ou gripe do 18, como el mesmo escribiría anos despois nun escrito ao concello, para protestar por unha tropelia, unha inxustiza cometida con el:

«Que cuando la epidemia gripal –año 1918- invadió a los habitantes de este distrito, estuve expuesto al contagio porque mi activa actuación, durante cuarenta días que duró en su mayor intensidad la peste gripal, no me permitió descansar más de cuatro horas de las veinticuatro del día, para atender a los que reclamaban mi auxilio profesional, entre los que figuraban muchísimos pobres, que por no estar incluidos en las Listas de la Beneficencia Municipal, dispensé medicamentos que el médico prescribía para la curación, sin retribución alguna... ya que la misión que me está encomendada por mi profesión, así lo exigía”».

Unhas palabras que nos fai estar orgullosos da estirpe dos Torres. Sobre o seu carácter, algo máis podemos vislumbrar na descrición que fai o seu bisneto Carlos López-Keller Álvarez
«Tiempos de dictadura, más tarde República. Tiempos de discusiones, tertulias y cenáculos. Vemos a D. Pascual Torres, hombre inteligente, boticario, republicano, progresista y ateo...»
(Homenaje a Laureano Álvarez. Concello da Coruña. 1999)


Etapa de rexencia 1933-1949
Rosario Torres Pajón

Durante esta etapa, a farmacia estivo tutelada polos seguintes rexentes:
  • Santos Galán Arrabal, de 1933 a 1934. Un señorito ferrolano.
  • Antonio Cotovad García-Parallé. 1934 a 1938. Grandísima e altruista persoa.
  • José Deus Fernández. Maio-agosto de 1938, natural de Mugardos
  • Marcial Lens Pita, de 1938 a 1945. Ortigueirés de nacemento, culta e exemplar persoa.
  • María Luisa Lema Pintos, de 1945 a 1949. Pioneira e altruista persoa.
Sen embargo, a verdadeira responsable da Farmacia sería Rosario Torres Pajón, unha das fillas maiores (xemelga de Guadalupe, e nacidas ambas en 1908), que tiña 25 anos cando falece seu pai. Non puido estudiar farmacia, pese a que Juan Barreiro, amigo de Pascual Torres e titular dunha importante farmacia en Ferrol, ofrecéralle sufragar os gastos dos seus estudios. Da calidade humana da tía Charo podemos vislumbrar algo nestas precisas palabras:
En la farmacia de Torres, Charo sube y baja infatigable los escalones de la rebotica con pomadas, vitaminas y jarabes que deposita en el mostrador, para abrazar al recién llegado, curado de tantas y tantas heridas –caídas de la bicicleta, pedradas, alguna de la propia retaguardia…- con tintura de yodo, pero sobre todo con la milagrosa ternura de su inolvidable sonrisa…”
(Ramón Farré. La Voz de Ortigueira, 18.02.2000)
Rosario Torres falece en 1988.


Alfredo Torres en 1987

Etapa de Alfredo Torres Pajón. 1949-2008

Alfredo estudia Farmacia por indicación familiar e desempeña a profesión farmacéutica durante 59 anos, en diversas facetas: como boticario principalmente, pero tamén como analista clínico -conseguiría verse recoñecido como farmacéutico Especialista nos anos 80-, como Inspector Farmacéutico Municipal durante os anos 70 e 80. Todo iso levaríao a desempeñar postos na Xunta Directiva do Colexio Oficial de Farmacéuticos da Coruña nos anos 60, 70 e 80, que deixarían unha impronta nesa institución.
Algún merito tería cando a Asociación de Antiguos alumnos da facultade de Farmacia de Santiago o distinguiu coa distinción de Farmacéutico Exemplar en 1987.
Outras facetas menos coñecidas serían a desempeñada no ámbito xudicial (seguindo a estela de seu pai, que exerceu no mesmo ámbito) como fiscal municipal no xulgado de Ortigueira.

Tería tamén un importante labor no ámbito social en Ortigueira como profesor de ensinanza media, durante máis de 25 anos. Sería primeiro na Academia de D. Jesús Márquez Cortiñas, entre 1949 e 1965 e despois noutra Academia -entre 1966 e 1975- impulsada por varios pais de familia, e na que tivo unha importante participación.
Noutro lugar se ten falado xa da súa faceta de divulgador botánico e investigador afeccionado sobre a historia de Ortigueira. De todo iso anotamos simplemente a sua obra "Las ortigas. Una revisión interesada", publicada por edicións O Paporroibo en 1994.
Para non estender esta reseña, apuntamos só as palabras, amables e cariñosas, da escritora Obdulia Dopico:

«Era un boticario excepcional que trabajaba como una hormiga en su rebotica, escribiendo, indagando, leyendo, buscando... un enamorado de Ortigueira y de la Cultura en el más amplio sentido de la palabra...
Tenía siempre la justa palabra de aliento, una sonrisa en los labios, pero una firmeza y una seriedad muy particular cuando se trataba de trabajo, que le gustaba bien hecho. Colaborador entusiasta de cuanto evento cultural se preciara, nunca dijo no a su participación, y de esa casta humana vamos aprendiendo...»

(La Voz de Ortigueira, 3 outubro 2008)



Etapa de Xosé Mª Torres Bouza. 2008-actualidade

Non ten, para a perspectiva histórica deste 125 aniversario, maior interese esta etapa, na que Xosé María se fai cargo da farmacia familiar ao falecemento de seu pai, Alfredo. Xa falecera en 2004 o outro irmán farmacéutico, Carlos Torres, polo que había poucas dúbidas de quen collería o temón.
Xosé María Torres na sede central
de Farmamundi en Paterna (Valencia),
no ano 2014

Referente á ubicación da farmacia en si, salientar que o edificio onde se situaba foi reconstruido en 2015, pasando a ampliar a sua superficie e a modernizar as súas instalacións.

En canto a Xosé María, por sinalar algunha característica da sua vida: experiencia laboral na industria farmacéutica e na educación como profesor de Ciclos Formativos de FP. Xa noutros ámbitos, apuntar o seu interese no mundo solidario, participando como membro da ONG Farmamundi e na Coordinadora galega de ONGD (da que foi presidente entre 2005 e 2011), e a súa faceta como amante da Cultura. Así tivo un papel no nacemento da Revista Terras do Ortegal en 2014, hoxe un anuario consolidado no que se difunde a xultura e o patrimonio do Ortegal.



As empregadas da Farmacia


Nada se pode facer só, e nunha farmacia menos. Alén dos titulares sempre hai outras persoas que compoñen o equipo da farmacia. Desde o xa lonxano Manuel Pérez Hermida, nacido en Ferrol, e que acompañaría en 1895 ao seu "principal" (así o escribe el nunha dedicatoria) Pascual Torres en Mera, moitas persoas colaboraron na farmacia: desde os irmáns Torres Pajón: Pascual, Antonio, Manolo e Santiago; a esposa de Alfredo, Ana María, e os fillos de ambos: Alfredo, Ana María e Carlos, seguidos de farmacéuticas e auxiliares que traballaron en cortos periodos, ata chegar ás as 2 persoas que conforman hoxe o espléndido equipo da Farmacia: as auxiliares Carmela Díaz Mera María Bouza Campanario. Carmela comezou a traballar o 1 de abril de 1993, polo que esta data é tamén outro motivo de celebración: 27 anos de traballo. María comezaría a traballar algo máis tarde, pero tamén supera os 20 anos de servicio.



A todas, a todos os que colaboraron na xa longa historia desta farmacia de Ortigueira, grazas e parabéns!









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