miércoles, 26 de diciembre de 2018

Las vacunas, los antivacunas y la teoría de la conspiración



Estos días está dando que hablar la actuación de una eurodiputada gallega de En Marea, la filial gallega de Podemos, que promovía en Vigo la celebración de una jornada de debate sobre mujeres y salud que incluía una charla de la asociación de afectadas por la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH). El evento fue trasladado de lugar, al vetar su celebración el ayuntamiento de Vigo, propietario del local donde se iba celebrar inicialmente.
Yo no habría prohibido esa charla; la libertad de expresión es importante, y la disidencia ha permitido importantes avances a la humanidad; heterodoxos fueron Franklin, inventor del pararrayos (condenado por la Iglesia de la época), o Galileo (juzgado por la Inquisición). Ahora bien, la heterodoxia es una fina linea que separa el pensamiento dominante de lo diferente; más allá de esa linea está el ridículo o la genialidad; el fracaso o la gloria. Por eso hay empresas -como una  que tiene como logotipo una manzana mordida y que estaba dirigida por un genio, Steve Jobs- que promueven ese objectivo; de ahí el lema think different ('piensa diferente'). 

En la Sanidad, además de la medicina oficial hay otras, llamadas alternativas, con miles de adeptos en España, y frente a las que el ministerio de Sanidad parece que va a tomar medidas. Yo admito cierta libertad ante ellas, siempre que no substituyan a la medicina tradicional en enfermedades graves. Por que? Por el efecto placebo, al que todos recurrimos en algún momento: que tire la primera piedra quien no dijo una mentira piadosa a un familiar gravemente enfermo.
En el caso que nos ocupa, es cierto que la asociación no es antivacunas, pero sí que promueve la exclusión del calendario vacunal de la usada contra el virus VPH (que, recordemos, puede producir en mujeres cáncer de cuello de útero).
Así, la eurodeputada de En Marea tropieza otra vez en un tema polémico: hace un año ya formulara una pregunta en el Parlamento Europeo pidiendo la no obligatoriedad de las vacunas por las dudas sobre su seguridad. Trataba en su pregunta de frenar “el poder de las [empresas] farmacéuticas” (sic). He aquí el leit motiv: la heroína frente a la gran multinacional. David frente a Goliath. Y ya está todo arreglado!
Todos los medicamentos pueden producir efectos indeseados, incluso antes de ser aplicados: como el desmayo de un adolescente ante la simple visión de la aguja de una jeringa en la mano de una enfermera. Además, no todo es blanco o negro; por citar un caso reciente: la biotecnológica española PharmaMar (antes Zeltia) acaba de ver aprobado en Australia su antitumoral, Aplidin(R), rechazado hace un año por la Agencia Europea de Medicamentos, EMA. Quiere esto decir que los técnicos y políticos australianos cedieron ante el "inmenso poder” de PharmaMar ?. No, simplemente consideraron que el medicamento podía ser útil en determinadas condiciones.

El movimento antivacunas tiene algunos seguidores, que aducen razones religiosas, de la libertad individual, del adanismo naturista o de la lucha contra las grandes multinacionales; esta parece ser el caso de la eurodiputada Lidia Senra. Es unha pena que personas como ella, con una trayectoria ejemplar en la defensa del rural, y de los derechos de la mujer labriega, tiren por la borda su prestigio, sumándose a la teoría de la conspiración. Podría acabar como la monja catalana Teresa Forcades, doctora en Teología y en Medicina -según parece- pero propagandista del MMS (clorito de sodio, un derivado de la lejía), inventado hace tiempo en EEUU, y difundido por el iluminado agricultor catalán Josep Pamiés, para curar el sida, la malaria y no-sé-cuántas enfermedades más. Un caso actual, pero más extendido, de lo que fue el BioBac, aquel pretendido milagro español contra el cáncer, del que ya hablamos en otra ocasión.

Ojalá no le suceda como a Steve Jobs, el mago de la empresa de la manzana que citaba antes, que murió de cáncer de páncreas, y que recurrió a la medicina ortodoxa cuando el tumor estaba muy avanzado, y tras fracasar, como no podía ser de otra manera, los supuestos tratamientos alternativos de la medicina budista, la religión que el practicaba.
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Texto: Xosé María Torres Bouza

Una versión en gallego de esta entrada fue publicada el pasado 18.12.18 en el diario La Voz de GaliciaDisponible en:
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2018/12/18/las-vacinas-teoria-da-conspiracion/0003_201812G18P17996.htm
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