viernes, 2 de agosto de 2019

La OCU, Isdín y el síndrome de Robin Hood

©Walt Disney 


Una versión en gallego de este artículo fue publicada en el diario La Voz de Galicia el 19.07.2019. Véase: http://cort.as/-MKqj)

En nuestra infancia disfrutamos con los triunfos del pequeño David contra e gigante Goliath o del aventurero Ulises contra el cíclope Polifemo; tanbién con la leyenda de las andanzas, enel bosque de Nottingham (Inglaterra), de un proscrito que robaba a los ricos y repartía el dinero a los pobres: Robin Hood.
Por eso, las noticias que aseguran la gran calidad de cremas faciales de marcas blancas a 3 euros, o que un producto vendido en los establecimientos del magnate valenciano Juan Roig tenga mejor relación calidad/precio, batiendo a productos más caros, comportan ese espíritu justiciero.
Algo así ocurrió el pasado 30 de mayo; la OCU analizó protectores solares pediátricos, un tema candente para cualquier padre o madre. No es una cuestión banal: la FDA, la agencia estadounidense de alimentos y medicinas, la más estricta del mundo, equipara hoy los protectores solares a las medicinas en materia de seguridad. La razón es que la radiación solar produce daños en la piel: manchas, arrugas, quemaduras... hasta tumores e incluso el temido melanoma. Lo llamativo fue que la marca BABARIA -pujante empresa valenciana posicionada en la gama media- comercializaba un producto con factor solar 50, que era de sólo 30; y que ISDÍN, en la que se focalizó la polémica por ser líder en el mercado español, situada en la gama media-alta, vendía un producto con factor 50 que rendía sólo protección de 15.
¿Fraude? ¿Defecto? Las marcas negaron cualquier problema y el ministerio de Sanidad reclamó información exhaustiva a las tres entidades.

Dictamen de Sanidad
Pasadomás de un mes -tic-tac, tic-tac...- el ministerio emitió el pasado lunes, 8 de julio, su dictamen, en el que desmiente que los productos denunciados por la OCU tengandefectos de fabricación o que exista fraude. Resultado que algunos ya preveíamos: más allá de no entender el interés de la marca líder en España en engañar con el factor de protección solar, habíamos apreciado tres detalles:
  • Ausencia de denuncias: si un padre le aplica a un niño una crema solar creyendo que tiene factor 50, pero que en realidad es de SPF 15, aparecerán quemaduras de inmediato. Y los padres españoles no se andan con chiquitas en materia de salud; la preocupación por los niños es continua en las consultas de médicos y pediatras.
  • El ministerio de Sanidad no lanzó alertas sanitarias, ni adoptó medidas cautelares (suspensión o retirada de productos)
  • La OCU mantiene en secreto los laboratorios donde realiza los análisis, lo que impide discutir sus capacidades técnicas reales.

Las asociaciones que defienden a los consumidores cumplen un papel esencial en nuestra sociedad. Y la OCU es una delas más conocidas, con una historia de ya 45 años. Pero no son infalibles; tanbién es cierto que necesitan de vez en cuando destapar algún supuesto escándalo; y si es justiciero (los productos baratos son buenos, y los caros, malos), la ciudadanía le concederáa la entidad el premio Robin Hood.
Si despues la denuncia no se confirma, no pasa nada, el daño ya está hecho y la promoción de la revista de la OCU realizada. Pero hablamos de salud; convenía ser prudentes, que diría Baltasar Gracián.

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