viernes, 11 de diciembre de 2009

¿Por qué no nos quieren?





Cuentan las Escrituras (la Biblia, vamos) que Jeremías era un profeta hebreo que vivió entre el siglo VII y VI adC, que compuso uno de los libros del Antiguo Testamento, “Las Lamentaciones” en el que expresa su aflicción por la destrucción de Jerusalén tras haber caído en manos de Nabucodonosor II . De ahí ha pasado a la historia como el paradigma del que se queja mucho, y por extensión, sin causa justificada.
La industria farmacéutica se queja habitualmente de que a pesar de la buena reputación que tiene en el ámbito empresarial, de lo satisfechos que están sus empleados, de los importantes recursos que dedican a I+D y a la innovación, de lo plausible que es dedicarse a curar enfermedades… que la sociedad no la quiere, que sus niveles de popularidad, en EEUU por ejemplo, está llegando a las cotas de las empresas petroleras y tabaqueras. ¿Por que será?
Acaba de presentarse en Madrid un estudio titulado “I Informe Fuinsa RSC e Industria Farmacéutica” que pone de manifiesto el papel "pionero" de este sector en políticas de RSC (conciliación laboral-familiar, medio ambiente, políticas éticas de relación con médicos y pacientes…), también reconoce que esas prácticas de RSC que desarrollan son poco conocidas y valoradas por la sociedad. ¿Por que será? El fallo lo atribuyen a falta de comunicación; por ello, con informes como este –que aparentemente tendrá continuidad- pretenden cuantificar sus prácticas de RSC y su compromiso con la responsabilidad social.
Pudiera ser… pero la experiencia en otros ámbitos del ¿por qué no nos quieren?, por ejemplo a los EE UU en el mundo, refleja que no es falta de comunicación, que otras son las causas por las que se critica a un Estado, que además de ser de los más ricos del mundo –y uno de los más insolidarios de la OCDE- es el gendarme del globo, con el ejército más poderoso, y practica determinadas acciones –guerras, invasiones…- de las que no cabe esperar aplausos.
Algo de eso le sucede a la industria farmacéutica, que no quiere quitarse la venda de los ojos que le impide reconocer que es una de la industrias más rentables del planeta, con subidas de precios muy superiores a los del IPC general, con márgenes de beneficios que serían el sueño de cualquier empresario del textil, el automóvil o los chicles. Véanse los datos que aporta un estudio del IESE de la Universidad de Navarra, que indica para una de las 5 grandes, la francesa SANOFI-AVENTIS, unos beneficios del…32% sobre las ventas en 2004!!!
Que esas quejas del alto coste del proceso de puesta en el mercado de un nuevo medicamento ocultan en ocasiones unos esfuerzos de marketing desmedidos, unas cortesías a los médicos rayando en muchas ocasiones con los sobornos y que no cuadran con los beneficios obtenidos.
Por no citar sus prácticas en materia de patentes, que dificultan el acceso a la salud a poblaciones de países pobres, hacia las que dirigen –en un intento de coartada- prácticas filantrópicas insuficientes y llenas de trampas como en una película de chinos (como se decía antes, perdón por lo incorrecto) y en donde realizan prácticas de biopiratería, adueñándose del conocimiento tradicional.
Corrijan esas acciones: menos beneficios, menos abusos en materia de patentes, menos marketing-corrupción, menos biopiratería …y más filantropía y responsabilidad de verdad, ¡y veremos como la percepción cambia!
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